“A mi hace rato no me dicen nada eeeee… me las tengo que arreglar solito”
“Cuando me dicen que quieren hablar conmigo, seguro es porque algo salió mal, muy mal…”
“Ahora con lo online estamos haciendo video-llamadas todo el tiempo, estamos más comunicados que nunca, pero parece que sirve para poco…”
“¡No tengo tiempo para reuniones, tengo que trabajar!”
Cuando nos comunicamos poco y mal generamos indiferencia, el mensaje que se lee en la mayoría de los casos es: “la comunicación no es importante, hay que ponerse a trabajar y punto.”
Cuando nos comunicamos mucho y mal se genera un síndrome que podríamos denominar el de la “reunionitis”, qué significa esto: esa sensación de que las reuniones nos inflaman, y son una auténtica pérdida de tiempo.
Primero, la comunicación es una herramienta fundamental porque permite conocer, coordinar, anticipar, dirigir y monitorear al equipo, en definitiva es el medio a través del cual puedo gestionar.
Segundo, para intentar comunicarnos “bien” sugerimos ordenarnos en base a dos dimensiones y dos herramientas concretas. En cuánto a las dimensiones: Plan Comunicacional y Modelo Conversacional.
Y en cuanto a las herramientas: entrevistas individuales, es decir, conversaciones entre 2 personas, y reuniones grupales, es decir de 3 o más personas involucradas. Ambas herramientas son absolutamente necesarias y ninguna es mejor que la otra, sino que se utilizan para distintas finalidades.
Por lo tanto, sugerencias para conversar ORDENADAMENTE:
Recuerden, el mensaje no es del emisor, sino el que le llega al receptor. Por lo tanto no olvidemos el protagonismo en este proceso del receptor: más preguntas, menos emisión… más acuerdos con el equipo y consensos y no tantas reglas unilaterales.
Hasta la próxima.
Germán Bernhardt
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