Un aspecto muy importante a trabajar con deportistas es la fortaleza mental (FM). Ésta se define como un conjunto de habilidades psicológicas y de estrategias de afrontamiento que posee un deportista, para utilizar de manera efectiva sus capacidades mentales de concentración. Junto con el aprendizaje de habilidades y técnicas deportivas, saber manejar los aspectos detallados en situaciones de estrés suele ser difícil cuando no hay un entrenamiento previo.
Las habilidades psicológicas que conforman la FM son:
- Autoconfianza: definida como la creencia que tiene una persona para realizar una acción acorde a sus habilidades y obtener determinados logros. La autoconfianza se caracteriza por expectativas de éxito, lo que ayuda a desencadenar en la persona pensamientos positivos, esfuerzo, estrategias de juego y altos niveles de concentración. Es una capacidad que el atleta deberá aprender a desarrollar de forma tal que la misma se pueda mantener y/o recuperar cuando las cosas no están saliendo como se lo había planteado.
- Concentración y atención: muchas ocasiones de entrenamiento y de competición exigen que el deportista esté atento a estímulos relevantes y a indicaciones específicas impartidas por el entrenador. Cuando no se tiene claro a qué prestarle atención, cuando se juega bajo presión o el entrenador sobrecarga de indicaciones e información, se puede generar un bloqueo atencional en el atleta. Esto conlleva a que se incrementen los errores, tensión muscular e incapacidad para atender a las indicaciones y estímulos relevantes.
- Control de los niveles de ansiedad: a veces, antes de las competiciones o en la competición misma, los atletas suelen sentir miedo al fracaso, a una evaluación social negativa o miedo a lastimarse. Por ello, es importante como entrenador o como atleta mismo, conocer qué factores tienen mayor probabilidad de causar ansiedad para anticiparse a estas situaciones y lo que es más importante, conocer cuáles son las herramientas que me pueden ayudan a bajar estos niveles de ansiedad.
- Motivación y desarrollo actitudinal: estos componentes pueden irse modificando a medida que se van logrando las metas propuestas. Es importante que se fijen objetivos alcanzables, que el deportista note que aprende y mejora con cada entrenamiento.
Por último, es importante resaltar el papel de entrenador respecto a las claves mentales mencionadas. Muchas veces los entrenadores también están preocupados por el rendimiento del deportista o del equipo, y su estado emocional se trasmite a ellos generando un efecto contraproducente. Por lo tanto es importante que el entrenador aprenda a gestionar sus emociones en pos de alejar dudas, eliminar tensiones y favorecer un buen clima grupal.
En resumen, conocer y entrenar las habilidades psicológicas permite anticiparse y afrontar de la mejor manera posible un evento estresante, ya sea entrenamiento o de competición. Controlar los niveles de ansiedad, regular las emociones y poder manejar qué quiero pensar ayudará a incrementar el rendimiento y poder disfrutar mejor el deporte que uno elige.